martes, 25 de agosto de 2009

Dos para ustedes uno para mi



Una pareja de golfistas están jugando una tarde en un exclusivo campo
rodeado de lujosísimas mansiones de millones de dólares. En el hoyo 3,
el marido le dice a la esposa:
Querida, ten cuidado cuando golpees, porque si rompes una ventana nos
va a costar una fortuna reponerla.
La esposa golpea y la pelota va a dar al ventanal más grande de la
casa más lujosa de la urbanización. El marido la increpa diciéndole:
¡Te fijas, lo primero que te dije, ahora ve tú a saber cuanto va a
costar esa ventana!
El esposo se dirige a la casa, acompañado de la mujer, toca la puerta y
una voz desde adentro le dice:
Adelante...
El hombre abre la puerta y mira que hay vidrio esparcido por toda la
casa y una botella rota a un lado del salón. Un hombre elegantemente
vestido, sentado en un sofá le dice:
¿Son ustedes los que han roto mi ventana?
Sssíí..., en realidad lo sentimos mucho.
Bueno, la verdad me han hecho un favor... Soy un genio que he estado
atrapado en esa botella por más de mil años, por lo que estoy
dispuesto a conceder tres deseos, pero como son dos, haremos lo
siguiente: les voy a dar un deseo a cada uno y otro me lo guardo para
mí... a ver que deseas, le dice al esposo.
Quiero un millón de dólares al mes, por el resto de mi vida.
Dalo por hecho, a partir de mañana los comenzarás a recibir; ¿y tú?,
le dice a la esposa.
Quiero tener una casa en cada país del mundo.
Es lo menos que puedo hacer por ti, a partir de mañana te llegarán
los títulos de propiedad de las casas.
Bueno ¿y usted que desea?, pregunta el esposo al genio.
Miren, yo he estado atrapado en esa botella por más de mil años y en
todo ese tiempo no he tenido sexo con ninguna mujer, por lo que mi
deseo es acostarme con su esposa.
Se quedan mirando el uno al otro y, finalmente, el marido dice:
Bueno, por un millón de dólares mensuales y todas esas casas, yo creo
que podemos hacer una excepción ¿no crees? A mí no me importará.
El genio se lleva la esposa a la habitación principal y luego de tener
sexo por más de dos horas, le pregunta a la esposa:
Por cierto, ¿qué edad tiene tu marido?
Treinta y cinco ¿por que?
¡Porque parece mentira que a los 35 años, todavía existan huevones
que creen que los genios existen!

No hay comentarios: