lunes, 11 de mayo de 2009

El pordiosero


Un día un pordiosero se dirigió hacia la ventanilla de un lujoso automóvil Mercedes Benz que estaba detenido en un semáforo, ocupado por un elegante y próspero caballero, y se entabla el siguiente diálogo:

Señor, ¿podría regalarme diez pesos para comer?

- Pero, ¿no te los irás a beber, verdad?

- No señor, nunca en mi vida he bebido alcohol.

- Entonces, ¿te lo vas a gastar en cigarrillos?

- No señor, no fumo, ni nunca lo he hecho.

- ¿Te los vas a gastar mejor jugando y apostando con los otros pedigüeños?

- De ninguna manera. Nunca juego ni apuesto nada.

- ¿Se los piensas dar a una prostituta, acaso?

- Jamás he tenido relaciones con ninguna mujer que no fuera mi novia, convertida luego en mi esposa hasta que me abandonó.

- Entonces toma, no diez, sino cien pesos. Pero vente a comer a mi casa. Quiero invitarte a una buena comida casera y así podrás ahorrarte los cien pesos.

El pordiosero, sorprendido, sube al impresionante carro y ya en camino pregunta:

- Oiga, señor, ¿no se enojará su esposa al ver llegar a alguien como yo y que se siente a la mesa a comer?

- “Probablemente sí”, contesta el rico “pero valdrá la pena.
Tengo interés en que ella vea en qué se convierte un hombre que no bebe,
no fuma, no juega, no baila, ni sale con putas.”

No hay comentarios: